En este reportaje, se analizan los posibles motivos que hayan condicionado esta situación y cuándo es probable que baje de nuevo.
Entre los temas comunes que rondan la cabeza de toda la población, se encuentra la subida prácticamente radical del precio del aceite de oliva. A raíz de este acontecimiento, todos intentan buscar, de alguna u otra manera, una razón que justifique tal aumento. Sin embargo, nadie ha sido capaz de identificar cuáles han sido los motivos por los cuales el aceite de oliva se ha encarecido tanto durante este año.
Los posibles motivos de la subida del precio del aceite
Para explicar mejor este concepto, hay que adentrarse en los datos que publica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Según el boletín de noviembre, el precio medio semanal de Aceite de Oliva Virgen Extra es de 776,57 euros por cada cien kilogramos de aceite. Esto supone un aumento de más del sesenta por ciento con respecto a la temporada pasada. Además, con respecto a la media de las 4 campañas anteriores, supone un aumento de más del 150 por ciento.
Evolución en el precio del aceite de oliva. Fuente: Newtral
No obstante, también se debe saber que estos últimos datos que hacen referencia al precio del aceite suponen una leve bajada con respecto al inicio de esta campaña.
Conocidos los datos, se deben intentar conocer las causas que han llevado a esta situación. Una de las posibles razones es el clima. Antes de nada, se debe saber que la temporada de oliva arranca en octubre y se da por finalizada a principios del año siguiente. En los meses de enero o febrero.
La sequía ha sido una constante durante este año en prácticamente todo el país. La falta de precipitación ha conllevado a una perdida sustancial de la cosecha de oliva, por lo que la producción de aceite se ha reducido considerablemente. Toda esta situación crea una bola de nieve que poco a poco va creciendo. Debido a la escasa producción, la inflación aumenta y, por tanto, los precios de venta al público también tienen que subir.
Un agricultor ha mostrado la preocupación que existe en el sector ante la situación climatológica que ha dañado la mayor parte de la cosecha de oliva, “a excepción de la PAC, la gran mayoría de los agricultores no van a obtener ingresos”, mostraba este agricultor. La PAC, o Política Agraria Común, es una política común en todos los países que conforman la Unión Europea dirigida especialmente al sector de la agricultura y el medio rural.
Hablando del clima, los efectos provocados por la DANA tampoco se quedan atrás. El agricultor Manuel Moreno ha hecho referencia a la cosecha que ha perdido a causa de este fenómeno climatológico y asegura que se han dañado cerca del ochenta por ciento de los cultivos, lo que supone una gran pérdida en la producción, como es evidente.
Además, el agricultor ha hecho gala del “aceite ecológico”, el cual no requiere de ningún tipo de fertilizante para su cosecha, por lo que se requiere más tiempo y, por ende, es aún más caro. Moreno afirma que el precio puede aumentar hasta en veinte euros con respecto al aceite de oliva procesado. Esta cantidad, en un principio insignificante, deja de serlo cuando se detalla que una garrafa de aceite ‘procesado’ puede llegar a alcanzar los treinta euros.
Los fertilizantes también han supuesto un punto importante dentro de la situación económica del aceite. Y para ello, hay que marcharse al oriente de Europa. La situación causada por la guerra de Ucrania, ha encarecido la exportación de gas natural, ya que las fábricas usan esta energía normalmente para hacer fertilizantes sintéticos. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos destaca la importancia del fertilizante en la cosecha. Afirmando que es uno de los elementos fundamentales, junto al agua, para poder llevar a cabo la misma. Esto explica que se encuentre en el punto de mira como uno de los motivos del encarecimiento del aceite de oliva.
Probar otras opciones
En este tira y afloja, se puede contemplar un denominador común, la producción. En este momento, cuanto menor es la producción, mayor es el precio de venta. Resulta sencillo de explicar, pero aplicado a la realidad es mucho más complejo. Debido a estos altos precios, la incertidumbre entre la población crece por momentos. Estamos hablando de un producto que es básico en la cocina que representa nuestra ‘Dieta Mediterránea’.
Todo esto lleva a que esta gente tenga que adaptarse a esta situación, y el aceite de girasol es uno de los más demandados. Según el Ministerio de Agricultura en un informa publicado en agosto de este año, la evolución en hogares del aceite de girasol con respecto al año pasado anuncia un 32,1 por ciento. Además, existen otras opciones como el aceite de maíz, el de semilla o el de orujo, por ejemplo. Aceites que han aumentado su venta debido a la situación del aceite de oliva.
Otro ejemplo de adaptación que están llevando a cabo los consumidores es, evidentemente, reducir el consumo. Algunas familias españolas han reconocido que utilizaban bastante aceite para elaborar ciertos alimentos y afirman que ahora hay que utilizarlo de una forma “más restringida”.
Las freidoras de aire o como se denominan popularmente ‘Air Fryer’ están suponiendo también, además de como un complemento para las dietas, una herramienta que ayuda a elaborar bastantes alimentos ahorrando mucha cantidad de aceite.
Finalmente, un consejo que se recomienda es utilizar unos espráis para aceite en ensaladas. Este material puede ayudar a esparcirlo de un modo algo más controlado que echarlo directamente de la botella o la garrafa.
Cuándo es posible que baje de nuevo el precio
Dentro de toda esta catástrofe, hay una leve esperanza. Parece que puede haber una fecha exacta en la que el precio del aceite de oliva pueda disminuir de nuevo. Aunque no se anticipa una reducción a corto plazo, se espera que las cosechas de oliva mejoren de cara al año 2025. Para ese año, se puede estar hablando de una bajada considerable del valor de este producto. Algo que, para algunos, se puede considerar como una luz al final del túnel. Sin embargo, este dato no se puede confirmar del todo y hay que esperar unos años para comprobar si la evolución de las cosechas es positiva y si podemos estar hablando de una mejoría.
En este tipo de situaciones, es fundamental conocer qué piensa la gente acerca de esta noticia. Y sorprendentemente, la gran mayoría muestra una actitud pesimista. Afirman que no quieren decir nada hasta que realmente vean que lo que se ha predicho sea cierto.
En conclusión, la subida de precio del aceite de oliva se podría considerar como una situación bastante preocupante dentro de la sociedad española. Ya que se está hablando de un producto de primera necesidad y fundamental para elaborar la mayor parte de la cocina que la población del país ibérico consume. Sin embargo, el ser humano siempre ha mostrado una capacidad de adaptación sublime ante situaciones de crisis tan importantes como esta, mostrando su instinto animal. Pese a la preocupación que esta situación puede generar, hay que mostrar algo de optimismo, ver el vaso medio lleno y buscar otras opciones que ayuden a salir del paso. Por lo menos, hasta que los precios disminuyan de nuevo, y volvamos a hablar de una situación controlada y completamente normal.